viernes, 28 de mayo de 2010

Severn Suzuki...(ESPAÑOL) La Niña que SILENCIO al mundo por 6:32 MINUTOS

Buen ejemplo

La República. Mundo Cane. Martes, 04 de mayo, 2010 - AÑO 11 - Nro.3614.
En un gimnasio de Nueva York, veinte personas trepadas a sus bicicletas fijas pedalean furiosamente alentadas por el entrenador y generan al mismo tiempo electricidad para el local. "Electrifique su entrenamiento" "Reduzca su cintura y su índice carbono": en el país del "fitness", que durante mucho tiempo hizo oídos sordos a las preocupaciones ecologistas, hasta los gimnasios ahora quieren ser "verdes". El mecanismo es simple: un sistema colocado en el zócalo de las bicicletas transfiere la corriente continua del dínamo activado por los ciclistas a un transformador que lo convierte en corriente alterna de 110 volts. Gracias a esa astucia, el local que alberga el gimnasio recibe la corriente generada por sus propios socios, consume menos electricidad y ahorra dinero. "Inventé el sistema en 2007, lo probé en 2008 en un gimnasio de Connecticut (noreste) y el lanzamiento comercial fue en el verano pasado en Los Angeles, y a principios de 2010, en Nueva York y Washington", cuenta a la AFP Jay Whelan, presidente de la empresa "Green Revolution" que patentó el sistema. Veinte personas crean cerca de 3 kilowatts en una hora, que es lo que dura una clase de "spin". Con cuatro clases diarias, el gimnasio genera 300 kilowatts por mes, "equivalentes a la energía necesaria para iluminar una casa durante seis meses, asegura Jay Whelan, un ingeniero de 46 años. A ese ritmo, en un año los deportistas logran crear suficiente energía "para alimentar a 72 casas medianas durante un mes", afirma el inventor del sistema. Aunque la sala del New York Sports Club del oeste de Manhattan sea demasiado grande como para autoabastecerse en electricidad gracias al sudor de sus socios, otros gimnasios más chicos podrían alcanzar ese objetivo, asegura. De momento, el equipo sólo existe para bicicletas, pero "Green Revolution", que cuenta con 45 empleados, estudia instalar sistemas similares en otras máquinas aeróbicas. Cada sistema eléctrico cuesta 1.300 dólares. Los deportistas son entusiastas.

lunes, 24 de mayo de 2010

MTV Switch

Parte de la movida MTV Switch.

Quedan diez años aproximadamente hasta que sea irreversible el efecto de las emisiones de CO2. El objetivo del video es que los televidentes se den cuenta que diez años son en realidad 3650 días. Cuando reconozcamos esto, nos daremos cuenta de que debemos hacer algo, mientras aún haya tiempo para ello.

sábado, 22 de mayo de 2010

Jaime Lerner: Como pensar una ciudad

Hemos hablado alguna vez de Jaime Lerner, dado que nos parece que sus ideas y su ímpetu de hacer cosas y de llevarlas a cabo son un ejemplo claro de que si se quiere se puede.

Hemos comentado antes lo que ha hecho en la ciudad de Curitiba, pero que mejor que él mismo nos lo explique junto con muchas otras ideas:


jueves, 20 de mayo de 2010

La casa Alemana

Todos los miércoles estoy en Montevideo porque doy clase en la Universidad ORT de Pocitos. Regreso a Melo generalmente en el bus de las 14.30hs. Ayer, sin embargo, regresé a las 17.30hs. Cuando estoy llegando a la terminal de ómnibus de Tres Cruces, veo que a un lado de la Plaza de la Bandera hay una construcción acordonada por unas vallas de la IMM. Habían algunas personas por ahí, pero no demasiadas. Me pregunté que sería el emprendimiento.

Esta mañana estoy leyendo los artículos, publicaciones de periódicos nacionales y extranjeros, que me envía mi padre todas las madrugadas, cuando me encuentro con un artículo Al alcance de la mano que resultó ser de un blog. En él encuentro la respuesta a la construcción temporaria frente a la terminal de Tres Cruces. Trátase del proyecto La casa Alemana.

La casa Alemana se basa en las propuestas ganadoras de la universidad técnica de Darmstadt en el concurso solar Decathlon, donde dicha Universidad ocupó el primer puesto en los años 2007 y 2009 con su modelo de vivienda sostenible. La vivienda modelo que está viajando por Latinoamérica se construyó según las propuestas ganadoras.

En Montevideo está desde el 17 al 25 de mayo en la Plaza de la Bandera (Bulevar Artigas y Avenida Italia). Lamentablemente, ya no podré visitarla, pues el próximo miércoles es 26 de mayo...





Fechas de apertura al público de la "Casa Alemana" en cada país.

10/04/2010 San Pablo (Brasil)
16/05/2010 Montevideo (Uruguay)
01/06/2010 Buenos Aires (Argentina)
30/06/2010 Asunción (Paraguay)
06/08/2010 Santiago de Chile (Chile)
08/09/2010 Santa Cruz (Bolivia)
06/10/2010 Lima (Perú)
03/11/2010 Quito (Ecuador)
01/12/2010 Bogotá (Colombia)
02/02/2011 Caracas (Venezuela)
09/03/2011 San José (Costa Rica)
27/04/2011 Ciudad de Guatemala (Guatemala)
08/06/2011 Ciudad de México (México)

lunes, 17 de mayo de 2010

Krugman: Perforación, desastre y negación

Paul Krugman es un economista y periodista norteamericano que en 2008 recibió el Premio Nobel de Economía por su análisis de los patrones de comercio y la localización de la actividad económica. Desde el año 2000 escribe una columna en el New York Times y es autor de muchos libros, entre ellos "Economía Internacional: La teoría y política" que es un texto de referencia en temas de economía internacional.

En lo personal gusto de los artículos de Krugman y de su análisis. Hoy comparto con ustedes un artículo "Drilling, Disaster, Denial" que publicó el 2 de mayo en su columna del New York Times y que aparece en la emisión de El País de hoy.


Economía y Mercado
Perforación, desastre y negación
PAUL KRUGMAN | DESDE NUEVA YORK

Se requirió de tecnología futurista para lograr uno de los peores desastres ecológicos del que se tenga registro. Sin esa tecnología, después de todo, British Petroleum (BP), para empezar, no habría podido perforar el pozo Deepwater Horizon. No obstante, para quienes recuerdan la historia ambiental, la catástrofe en el golfo tiene un aire extrañamente anticuado que guarda semejanza con los eventos que llevaron al primer Día de la Tierra, hace cuatro décadas.

Y quizás, sólo quizás, el desastre ayudará a revertir el prolongado resbalón político del ambientalismo, causado en gran medida por nuestro mismísimo éxito en aliviar la contaminación altamente visible. De ser así, podría haber un aspecto positivo en un nubarrón muy oscuro.

El ambientalismo empezó como respuesta a la contaminación que todos podían ver. El derrame en el golfo recuerda el estallido de 1969 que cubrió las playas de Santa Bárbara con petróleo. Sin embargo, 1969 también fue el año en que hubo fuego en el río Cuyahoga, que atraviesa a Cleveland. Entre tanto, se declaró ampliamente "muerto" al Lago Erie porque sus aguas estaban contaminadas con algas de floración. Y ciudades grandes de Estados Unidos -especialmente, pero por ningún motivo la única, Los Angeles- a menudo estaban cubiertas con un smog espeso y ácido.

No fue tan difícil, dadas las circunstancias, movilizar apoyo político para la acción. Se fundó el Organismo de Protección Ambiental, entró en vigor la Ley de Aguas Limpias, y Estados Unidos empezó a hacer progresos contra sus problemas ambientales más visibles. Mejoró la calidad del aire: las alertas de smog en Los Angeles, que solía tener más de 100 al año, se han vuelto raras. Los ríos dejaron de incendiarse y se pudo volver a nadar en algunos. Y el Lago Erie ha retornado a la vida, en parte gracias a una prohibición de utilizar detergentes con fosfatos para lavar ropa.

No obstante, había un inconveniente en esta historia de éxito.

Entre otras cosas, a medida que ha disminuido la contaminación visible, también lo ha hecho la preocupación popular por los temas ambientales. Según un sondeo reciente de Gallup: "A los estadounidenses hoy les preocupa menos una serie de problemas ambientales que en cualquier otro momento de los últimos 20 años".

Este declive en la preocupación estaría bien si la contaminación visible fuera todo lo que importa pero no es así, claro. En particular, los gases de efecto invernadero presentan una amenaza mayor de la que alguna vez fueron el smog o los ríos que se incendian. Sin embargo, es difícil hacer que la población se centre en una forma de contaminación que es invisible, y cuyos efectos se desarrollan en décadas y no en días.

Ni tampoco la pérdida de interés de la población fue la única consecuencia negativa del descenso de la contaminación visible. Como las crisis fotogénicas de los años sesenta y setenta se desvanecieron en la memoria, los conservadores empezaron a hacer retroceder las regulaciones ambientales.

Gran parte del retroceso adoptó la forma de demandas para debilitar las restricciones ambientales. Sin embargo, también hubo un intento por construir un discurso en el que los defensores de fuertes protecciones al ambiente eran extremistas -"econazis", según Rush Limbaugh- o liberales snobs y decadentes que trataban de imponer sus preferencias estéticas a los estadounidenses comunes. Siento decir que el prolongado esfuerzo para bloquear la construcción de una granja eólica cerca de Cape Cod -que finalmente se terminará gracias al Gobierno de Obama- cayó en esa caricatura.

Y hay que admitirlo: en general, los antiambientalistas han estado ganando la discusión, al menos en opinión de la población.

Entonces se produjo el desastre del golfo. Repentinamente, la destrucción del ambiente era fotogénica otra vez.

En su mayor parte, los antiambientalistas no se han pronunciado sobre la catástrofe. Cierto, Limbaugh -podría decirse que es el líder de facto del Partido Republicano- sugirió sin demora que los ambientalistas podrían haber hecho explotar la plataforma petrolera para evitar más perforaciones submarinas. Sin embargo, esa observación probablemente reflejó desesperación: Limbaugh sabe que su discurso acaba de recibir un gran golpe ya que la explosión en el golfo es un recordatorio mordaz de que el ambiente no se cuida a sí mismo, que la tecnología y la industria modernas pueden con demasiada facilidad infligir un daño horrendo al planeta, a menos que se vigilen y regulen cuidadosamente.

¿Estados Unidos tendrá cuidado? Depende mucho de la dirigencia. En particular, el presidente Barack Obama necesita aprovechar el momento; necesita enfrentar al grupo "Perfora, cariño, perfora", diciéndole al país que atraer un desastre ambiental irreversible -y todo por unos cuantos barriles de petróleo, una cantidad que apenas si afectaría nuestra dependencia en las importaciones- es un negocio terrible.

Es cierto que Obama no está tan bien posicionado como debiera para hacer de éste un momento del cual aprender algo: hace apenas un mes anunció un plan para abrir gran parte de la costa atlántica a la exploración petrolera, una medida que impactó a muchos de sus partidarios y le dificulta reclamar ahora la autoridad moral.

Sin embargo, necesita ir más allá de eso. La catástrofe en el golfo ofrece una oportunidad, una posibilidad de recapturar parte de ese espíritu del Día de la Tierra original. Y si eso sucede, algo bueno podría todavía surgir de esta pesadilla ecológica.
THE NEW YORK TIMES

viernes, 14 de mayo de 2010

Reflexión: Manchas sobre el Golfo de México

Reflexionando el artículo de Jorge Abbondanza en la sección Internacional del diario El País de hoy.¿Hasta cuándo se podrá encontrar una alternativa a la energía proveniente de combustibles fósiles que sea limpia, rentable y eficiente? Mientras tanto, se sigue perforando los mares, contaminando el aire, corrompiendo el agua y liquidando formas de vida. Como en cualquier negocio, es necesario evaluar el ratio costo/beneficio, pero en este caso, esta relación habría que analizarla no solo para el área del negocio energético, sino extenderla a un área más ética y/o de responsabilidad social: costo/beneficio para las generaciones del futuro, no para la población mundial de hoy, comprendiendo el impacto económico, social y ambiental. De eso se trata el desarrollo sustentable.

El martes 20 de abril explotó una plataforma petrolera en el Golfo de México, donde murieron once trabajadores porque las alarmas del sistema de seguridad no sonaron. La plataforma se hundió el jueves 22 y desde entonces comenzaron a volcarse en esas aguas unos 800.000 litros de petróleo por día. El resultado es una de las mayores catástrofes ecológicas provocadas por la explotación del hidrocarburo hasta la fecha, luego de algunos casos similares en otros mares:

-1969: la explosión de una plataforma frente a Santa Bárbara, en la costa californiana, derramó 100.000 barriles de crudo sobre 65 km de playas. La limpieza llevó años.

-1989: el naufragio del buque-tanque Exxon Valdez en la costas de Alaska, volcó 257.000 barriles en el mar, produciendo enormes daños en la fauna, con mortandad masiva de lobos y aves.

-1999: el accidente de un buque-tanque de la Shell en Magdalena (Argentina) provocó el mayor derrame de petróleo de la historia en aguas dulces.

-2002: el petrolero Prestige se partió en dos y vierte su carga sobre las costas de Galicia, Asturias y Cantabria, alcanzando puntos de Francia.

Esos desastres obligaron a imponer reglas más estrictas para el transporte del producto, mientras la creciente demanda favorecía nuevas perforaciones oceánicas en Brasil, Ghana o las Malvinas. Hace unas semanas, el presidente Obama autorizaba otras prospecciones en las costas norteamericanas, que desde hace años estaban prohibidas. El consumo interno de EE.UU. creció un 35% en los últimos 40 años, pero la producción nacional bajó un 30%, por lo cual el país debe importar dos tercios del petróleo que necesita, es decir unos 12.000.000 de barriles diarios, porque todavía hoy ese mercado consume el doble que China. El que extrae del Golfo de México representa un tercio de la disponibilidad interna. A pesar de los riesgos ecológicos, "el país necesita ese petróleo y también las fuentes de trabajo que dependen de él".

La British Petroleum, propietaria de la plataforma hundida hace 20 días, intentó frenar el derrame sumergiendo una cúpula de acero y concreto para cubrir la boca del pozo y drenar el crudo hacia un barco, pero ese operativo fracasó, aumentando la incertidumbre. Mientras tanto, las primeras manchas han llegado a las islas y costas de Luisiana y Alabama, poniendo en peligro un ecosistema poblado por 400 especies, desde el atún y los delfines hasta tortugas, cangrejos, pelícanos, gaviotas, criaderos de langostinos o camarones, arrecifes de coral y reservas de fauna autóctona en peligro de extinción.

Falta saber si este episodio será capaz de acelerar la búsqueda de una alternativa para abandonar el petróleo como fuente de energía. Pero allí está en juego un negocio descomunal, que por el momento sigue perforando los mares, contaminando el aire, corrompiendo el agua y liquidando formas de vida. Sí señor.

domingo, 9 de mayo de 2010

Botellas PET para vinos finos

En febrero publicamos un post sobre botellas PET sustentables. Hace un par de días vimos un artículo que comenta que la cadena de tiendas minoristas del Reino Unido Marks & Spencer cambiará el embalaje de vidrio a plástico para las botellas de vino de 25cl. con motivo de procurar disminuir la huella de carbono y reducir niveles de desperdicio.

Este cambio en el embalaje de las botellas de vino de miniatura que se venden en la cadena minorista permitirá un ahorro de más de 550 toneladas de embalaje anual y reducirá drásticamente los requerimientos de energía para producir y embarcar las botellas. El cambio en el packaging de las botellas pequeñas de vino ha sido posible gracias a un proyecto de dos años para producir nuevo plástico (llamado MLP PET) que fuera estable y no afectaran el sabor del vino (por al menos un año).

Me gustaría saber la evolución de esta tendencia en el mercado de vinos finos...

jueves, 6 de mayo de 2010

El periplo del reciclaje

Recomiendo este artículo publicado hoy por El Observador pues tiene un video interesante que no puedo incluir en este post, sobre el periplo del reciclaje en Montevideo.

La cadena del reciclaje en Montevideo es un largo camino en el que participan públicos y privados. El director de Limpieza de la IMM, un integrante de una cooperativa de recicladores y un experto en Gestión Ambiental cuentan en este video la realidad del reciclaje en Uruguay.

lunes, 3 de mayo de 2010

Ambiente y Soberanía

La editorial por Juan Oribe Stemmer del diario El País de hoy está muy interesante pues  integra muy bien los conceptos ambiente y soberanía al desarrollo local sustentable. Esto viene a colación del reciente fallo de la Corte Internacional de La Haya sobre las papeleras en el río Uruguay.

En última instancia, el fallo de la Corte Internacional de Justicia es un ejemplo particular de un problema general: cómo el Derecho Internacional se esfuerza para establecer un equilibrio racional entre dos pares de prioridades no siempre fáciles de armonizar: ambiente-desarrollo y soberanía-ecosistema.
El concepto de desarrollo sustentable intenta conciliar el desarrollo económico y la protección del medio ambiente. Definido en 1987, en el Informe Brundtland y luego adoptado en la Conferencia de Rio, el concepto ha sido incorporado en diversos acuerdos internacionales, por la jurisprudencia de la Corte de La Haya y la legislación de muchos países. Es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer la suyas. Los recursos renovables deben ser explotados sin perjudicar su natural capacidad de regeneración; los recursos no renovables no deben ser agotados antes de que existan nuevos que ocupen su lugar. La idea se encuentra estrechamente vinculada con la noción de responsabilidad intergeneracional.

El segundo par de ideas en tensión es soberanía-ecosistema. Aquí el conflicto puede producirse en el caso de los proyectos de desarrollo económico nacional que tienen un impacto transfronterizo en otros países o en espacios no sujetos a la soberanía de ningún Estado. Por una parte está el principio fundamental de la soberanía exclusiva de cada Estado dentro de su territorio; por la otra, la unidad esencial de la Naturaleza.

Cada país tiene la autoridad exclusiva (bajo el Derecho Internacional), de tomar, dentro de su territorio, las medidas necesarias para asegurar su desarrollo económico sustentable.

Pero el territorio de los Estados no es hermético. Es posible que actividades realizadas dentro del territorio de un país tengan un impacto dañoso en el territorio de sus vecinos o mucho más lejos. Los ecosistemas no conocen de fronteras y se extienden a espacios muy amplios que pueden abarcar todo o parte del territorio de dos o más Estados.

Una autoridad en la materia, como lo es el español José Juste Ruíz, catedrático de la Universidad de Valencia, describió el problema con mucha claridad: "vivimos en un mundo que es ecológicamente único pero que está políticamente compartimentado".

En un mundo cada vez más interdependiente es imposible que un Estado pueda embarcarse en una estrategia de desarrollo sustentable sin tomar en cuenta la unidad esencial de la Naturaleza.

Ello conduce a dos conclusiones: primero, cada Estado debe evitar que su desarrollo nacional tenga un impacto dañoso en el territorio de sus vecinos; y, segundo, también debe establecer los mecanismos de control para detectar el impacto en su territorio de las actividades realizadas en los países limítrofes.

La única opción constructiva para establecer un equilibrio entre estos pares de prioridades es la cooperación entre los países. La que nos es impuesta por consideraciones éticas y, también, por sólidas razones de interés nacional.